Dolor
Tengo la suerte que para mí la esclerosis no está siendo una enfermedad que me esté provocando mucho dolor como sé que a otros enfermos sí les ocasiona. Exceptuando el año pasado que, por las noches, justamente a la hora de dormir, mi rodilla empezaba a doler horrores; si sumamos el dolor al insomnio que provoca la EM, mis noches eran una verdadera fiesta.
Durante el día la verdad que la pierna se comportaba y no dolía nada, pero le temía a las noches. Mi neuróloga tuvo incluso que recetarme rivotril para que me tomara por las noches y que no me doliera, además provoca somnolencia con lo que me hacía dormir como un bebé.
El rivotril me iba muy bien, pero siendo un medicamento que puede provocar adicción como si fuese una droga, dejé de tomarlo cuando los problemas de dolor por las noches cesaron, tenía miedo a volverme dependiente al rivotril. Convertirme en House adicta a los narcóticos no está en mis planes.
Actualmente, la pierna, más bien la rodilla me duele muchísimo si paso demasiadas horas ya sea sentada en el sofá de casa o en la silla de ruedas. Si paso muchas horas fuera de casa, que no puedo ir combinando estar sentada con estirar las piernas, el dolor vuelve a ser insoportable. Únicamente en esos momentos vuelvo a tomar rivotril, en un día de dolor puntual, no como costumbre.
Mi dolor no es constante, suerte tengo, pero tengo cómo aliviarlo al menos.
Soy Noelia, tengo 28 años y vivo y soy una enamorada de Barcelona. Soy enferma de esclerosis múltiple primaria progresiva. Soy una fanática de las lenguas, por eso estudio lingüística; aunque por esto del diagnóstico tengo la carrera en pausa. Doy clases de inglés y de español a extranjeros. Además me apasiona leer y escribir, de ese hobby ha surgido este blog 🙂